jueves, 19 de junio de 2008

Uno de terror

Estoy en mi casa, que es una especie de mansión, inmensa. No muy lujosa, pero dejaba ver que en algún tiempo pasado sí lo fue. Me acompañan Luciano (un amigo a quien hace muchos años que no veo), y mi prima. Sé que tengo que estar en otro lado, pero me entretengo deliberadamente con los dos. Hago tiempo, hay mucha gente que me está esperando en otro lado. Permanentemente suena mi celular. No atiendo, sé quién me llama, voy a ir, pero todavía no es el momento. Empieza a sonar también el fijo de la casa. Mis acompañantes me dicen que ya debería ir, que se está haciendo muy tarde, y puede ser peligroso. Ok, decido que tienen razón. Junto valor, y salgo.
Fuera de la casa hace frío. Es de noche, más bien de madrugada. La calle es de tierra, hay zanjas y está todo embarrado. Cuando ya estoy a varios metros de la casa, sucede lo que temía. Una horda de mujeres fantasmas me atacan. Todas me gritan, culpándome por la muerte de sus bebés, queriendo deshollarme el cuello, con mordiscones y arañazos. Estoy muy asustado, les digo que yo no tuve la culpa de nada, que están atacando a la persona equivocada, pero no hacen caso, se enfurecen cada vez más. Al principio intento defenderme, pero -para mi sorpresa- no pueden tocarme. Buscan hacerme daño, pero sus uñas y dientes son etéreos, me atraviesan sin el menor efecto.
Trato de ignorar sus súplicas y sus insultos. Poco después, son cada vez menos los espectros que me acosan, al ver que no me producen nada, van desistiendo de sus actos. Me alejo de la escena, me dirijo hacia el lugar donde me están esperando... pero nunca llego, me desperté justo entonces.

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