martes, 22 de julio de 2008

Uno de acción

Salgo de algún negocio, creo que era una ferretería, o algo así, no recuerdo bien, no es lo importante. Voy a buscar mi auto, el cual compré hace una semana, y lo encuentro con la alarma sonando, las puertas abiertas, y las cerraduras visiblemente violentadas. Corto la alarma, y hago una recorrida alrededor del vehículo, para evaluar los daños. En eso se acerca un hombre de unos cuarenta años, con un sobretodo gris, acusándome de querer robarle su auto (MI auto). Le digo que no, que yo lo compré hace poco, pero no me cree nada, dice que va a llamar a la policía, y empieza a hacer un escándalo.
Ok, digo yo, llamemos a la policía entonces! Pero no, en vez de uniformados, empiezan a venir siete u ocho tipos (muy lejos de ser agentes de la ley) para darme una paliza a mí y zapatearme el auto, con palos y botas con punta de acero.
Al mejor estilo Matrix, me las arreglo y les pego a todos juntos (sí, a veces en sueños soy re peleador... je). Parece que todos pelearan en cámara lenta. Sus movimientos son muy torpes, y yo vuelo repartiendo patadas en el aire. Tengo para todos, que sigan viniendo. Pero algo no funciona. Son cada vez más los que se me vienen encima, y tanto defenderme de los golpes y knockear enemigos, mis fuerzas van disminuyendo...
Al fin, logran someterme, entre todos me inmovilizan. El cuarentón del sobretodo, refiriéndose al auto dice "si no es mío no va a ser de nadie más, rómpanlo todo, muchachos"
Empiezo a los gritos, volviendo a mi plan original... "Llamen a la policía, llamen a la policía!". Diciendo esto, busco en mi celu el número de Daniel, el abogado de la empresa en donde trabajo, porque siempre queda lindo gritar... "Alguien que llame a mi abogado! Llamen a mi abogado!"
En ese momento, el celu efectivamente comenzó a sonar, pero era la alarma de las 7.15hs.
Mi auto descansaba en su lugar, sano y salvo, lejos de cualquier tipo con sobretodo, o de cualquier vándalo con zapatos de acero.
Ese día me desperté y fui a trabajar contento.